Unicorn Overlord llega de la mano de Vanillaware, responsable de grandes obras como Odin Sphere, Muramasa: The Demon Blade y Dragon’s Crown -por nombrar solo algunas- tras experimentar un development hell con 13 Sentinels: Aegis Rim, anunciado por primera vez en 2015 y finalmente lanzado en 2019. Tras cuatro largos años envuelto en este proyecto, el estudio optó por dejar atrás su temática de ciencia ficción para regresar a la fantasía medieval que tanto caracterizó a sus títulos previos, pero con una jugabilidad basada en los mayores exponentes del RPG táctico como Final Fantasy Tactics y Ogre Battle.
El resultado es Unicorn Overlord, un videojuego de rol táctico que condensa toda la experiencia que Vanillaware ha ganado a lo largo de más de 20 años con cada una de sus entregas. Exhibiendo un maravilloso apartado artístico con el inconfundible sello de la casa, un gameplay centrado en la administración de unidades con una plétora de diversas clases y una notable historia, aquí te contamos por qué el nuevo título de Vanillaware es uno de los mejores videojuegos en lo que va del 2024.
Reúne aliados y recupera tu legítimo trono
La trama de Unicorn Overlord nos lleva al continente de Fevrith, un territorio dividido en cinco grandes naciones y poblado por distintas razas como los humanos, los elfos, gente bestia, ángeles y más. Una de estas es Cornia, el reino principal de los humanos, y el centro de todo el continente. Durante siglos, Cornia estuvo al mando de la familia real, pero este reinado se vio interrumpido con la invasión de Valmore, general del ejército del Imperio de Zenoira que decidió traicionar a sus soberanos para alzarse con el poder.
Con la inminente llegada de Valmore y su ejército, la reina Ilenia -actual gobernante de Cornia- decide ganar tiempo para que su único hijo Alain pueda escapar del azote de Zenoira. Confiándole la vida de su pequeño a su fiel guardaespaldas Josef, Ilenia le entrega a Alain el Anillo del Unicornio con la esperanza de que éste una a todas las naciones restantes en contra del tirano y se lanza a librar un combate imposible de ganar contra Valmore.
Tras ese fatídico día, la influencia de Valmore y Zenoira no hizo más que crecer y, con la caída de Cornia, el resto de los territorios de Fevrith no tardó en ser conquistada por el Imperio. Bajo la retorcida idea de unificar a todos los reinos bajo su comando sin importar si debe usar la fuerza y la manipulación para hacerlo, Valmore se convirtió en el Emperador Galerius y el continente fue unificado a costa de una profunda crisis que provocó estragos para miles de personas.
Afortunadamente, la última voluntad de la reina Ilenia fue cumplida y, años después de su exilio, Alain por fin se ha convertido en un guerrero y líder capaz de dirigir al ejército libertario. Su viaje inicia luego de que uno de los antiguos súbditos de su madre atacó la isla en la que se hallaba resguardado bajo una especie de magia que controlaba su mente. Usando el Anillo del Unicornio que su madre le dejó, Alain logra romper el hechizo y libera a esta persona de la influencia del cruel emperador.
Con un pequeño pero decidido ejército, Alain regresa a Cornia para reclamar su legítimo trono y acabar con el reinado de terror de Galerius de una vez por todas. En el camino, conocerá a diversas personas que, por algún motivo u otro, podrán unirse a su causa dependiendo de las decisiones que tome el jugador. Además, el protagonista deberá descubrir los misterios de la reliquia que su madre le dejó y todo lo que envuelve al Culto del Unicornio.
La historia del videojuego introduce una buena premisa pero es importante destacar que el desarrollo de la misma es bastante tradicional y no busca romper esquemas. Varias de las misiones en las que se divide el juego tienen como objetivo presentarte las diversas mecánicas que tiene el despliegue de unidades y el combate así como también centrarse en un nuevo posible personaje reclutable, explicando un poco de su contexto y motivaciones por las que puede unirse a tu ejército libertario.
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No obstante, tanto el escenario como el desarrollo de la historia de Unicorn Overlord es correcto, más no extraordinario. Está llena de tropos muy característicos del género, giros y revelaciones que alguien curtido en este tipo de argumentos puede ver a kilómetros de distancia y personajes que si bien son disfrutables, resultan bastante familiares y pueden encasillarse en un arquetipo sin problema alguno.
Esto no quiere decir que este apartado sea malo. Al contrario, la calidad de los diálogos y la forma en cómo se van presentando los acontecimientos del juego hasta llegar su clímax son buenas. El detalle está en que Vanillaware se superó a sí misma con creces en 13 Sentinels: Aegis Rim en términos de historia y originalidad con el guión. Las comparaciones son odiosas pero, al no estar a la par, es inevitable hacerlas sobre todo si consideramos que ambas obras son del mismo estudio.
En lo que respecta a los personajes, no hay mucho más que decir. Evidentemente, Alain y los de su círculo más cercano son los que mantienen un mayor protagonismo al ser, valga la redundancia, los protagonistas de la historia. Pero, gracias a la mecánica de Rapports, podemos conocer un poco más sobre sus personalidades e historias. Con este sistema, los miembros del ejército pueden interactuar entre sí para desbloquear interesantes conversaciones y hasta mejorar sus estadísticas cuando forman parte de la misma unidad.
En el caso específico de Alain, el protagonista puede incluso llegar a casarse con uno de los miembros de su ejército si han alcanzado el máximo nivel de Rapport tras alcanzar cierta parte del juego. Quizás sea algo quisquilloso decirlo, pero hubiese preferido que esta opción también pueda usarse para que otros personajes se puedan casar entre sí a la Fire Emblem Awakening. Sin embargo, el hecho de que la función esté disponible ya es un acierto.
Los personajes siguen siendo el alma del apartado narrativo de los proyectos de Vanillaware y esto se debe en parte al gran trabajo de los actores y actrices de voz, así como también de sus extraordinarios diseños. No obstante, de lo que respecta a los gráficos y el arte del videojuego hablaremos más adelante porque toca explicar el núcleo de esta experiencia: la jugabilidad.
Despliega a tu ejército y vence al Imperio de Zenoira
Como todo buen RPG táctico, el enfoque principal de Unicorn Overlord es su gameplay. Tal como fue mencionado, el juego está compuesto por una plétora de misiones. El jugador se mueve a través del extenso mapa para poder aceptar dichas misiones e iniciar el combate en contra de los adversarios de turno. Para dicha batalla, debemos estar preparados y es por ello que tenemos la opción de configurar a nuestros aliados.
Los personajes se distribuyen en grupos y hasta seis unidades pueden formar parte de un grupo al mismo tiempo. Cada grupo se divide en dos filas -delantera y trasera- de tres casillas o en tres columnas de dos casillas. El jugador puede asignar a los personajes que desee a cada grupo, pero es aquí cuando la estrategia entra en juego. Como muchos títulos del género, Unicorn Overlord cuenta con más de 60 clases distintas. Cada una de estas posee sus propias estadísticas base, ventajas y desventajas sobre otras clases y el equipo que utilizan como armas, armaduras y accesorios también varía.
Por ejemplo, los guerreros tienen buena salud y defensa por lo que son excelentes en la fila delantera para aguantar los golpes del enemigo mientras que los cazadores son frágiles unidades que pueden atacar a distancia sin fallar, por lo que es más conveniente colocarlos en la fila trasera.
Además, cada unidad se mueve de forma distinta por el mapa y a distintas velocidades. Un hechicero es lento, pero los caballeros son bastante rápidos debido a que viajan a caballo. No obstante, los caballeros de grifo pueden volar, por lo que incluso pueden atravesar montañas. La movilidad del grupo es dictado por el líder del grupo por lo que es mejor tener a caballeros o unidades voladoras en este rol. Sin embargo, algunas clases como los cazadores pueden ayudar en batalla a otros grupos aliados con un ataque preventivo a enemigos solo si ellos son líderes de grupo. Es aquí donde el jugador debe decidir qué es lo que prioriza, añadiendo más y más capas de estrategia a la fórmula.
Cada clase sobresale en cierto apartado y palidece en otro por lo que es importante estudiarlas a fondo para saber cómo enfrentarlas si forman parte del ejército enemigo o de qué formas podemos aprovecharlas si son parte del nuestro.
A medida que van luchando, nuestras unidades subirán de nivel y aprenderán nuevas habilidades activas y pasivas que podrán utilizar en combate, permitiéndonos planificar aún más nuestras estrategias. Pero, es importante resaltar que el jugador no puede elegir los comandos de los personajes cada vez que combaten como si de un clásico RPG por turnos se tratase. La inteligencia artificial decide cuáles serán las habilidades que utilizarán las unidades, en qué situaciones y contra qué enemigos las usarán.
Por ello tenemos la posibilidad de configurar parámetros en cada una de las skills de nuestros personajes. Por ejemplo, podemos configurar la habilidad “Heal” de una clérigo para que solo la utilice cuando la vida de nuestras unidades baje del 50% o podemos escoger que un ataque se use prioritariamente en rivales con armadura pesada como los hoplitas. La cantidad de opciones que ofrece el juego es inmensa y es parte de su encanto.
Explicar cada clase tomaría muchos más párrafos de los que ya tiene este análisis pero sin duda son el principal atractivo del videojuego. Puede que resulte un poco abrumador para ciertas personas, pero los jugadores que ya han disfrutado de algún título de este género se sentirán como en casa. El conocer qué nueva clase se introducirá en la siguiente misión de la aventura se convirtió en mi motivación para seguir jugando.
Cada misión tiene sus respectivos objetivos, pero la gran mayoría comparte las mismas condiciones de victoria y derrota: si una unidad del ejército rival llega a nuestra base, perderemos. Si vencemos al general enemigo de turno, ganaremos. Desde nuestra base, podremos desplegar a nuestros grupos de unidades pero para hacerlo necesitaremos Valor Points. Obtenemos 3 de estos puntos al inicio de cada campaña, pero obtenemos más cada que vencemos a un grupo del oponente.
Gracias a los Valor Points también podemos utilizar Valor Skills, poderosas habilidades que se usan en el mapa y pueden cambiar el rumbo del combate. Cada clase tiene su propia Valor Skill y sus efectos pueden ir desde aumentar la velocidad de movimiento o teletransportar unidades hasta provocar graves daños a grupos de enemigos. Es gracias a estos poderes que podemos superar situaciones que aparentemente son imposibles debido a la enorme cantidad de enemigos o a lo difícil del terreno en el que se desarrolla la escaramuza.
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¿Bastante difícil de digerir, verdad? Pues, la verdad es que no lo es. Si bien es cierto que el juego no para de introducir nuevas mecánicas decenas de horas después de haber iniciado la campaña, lo hace de forma bastante pausada y amigable para aquellos que no están acostumbrados a este tipo de títulos. Vanillaware explica todo fenomenalmente con sus tutoriales y es bastante difícil que uno no entienda la jugabilidad de Unicorn Overlord si prestó suficiente atención a los tutoriales. Además, podemos consultar estas guías en cualquier momento y guardar la partida en cualquier momento (sí, incluso en plena batalla).
Unicorn Overlord toma inspiraciones de muchos de los grandes videojuegos TRPG de antaño, pero los adapta a su propia filosofía de diseño de juego para crear algo que se siente fresco y familiar al mismo tiempo. Tenemos una amplia variedad de opciones para implementar en nuestras estrategias hacia la victoria por lo que, entre unidades, clases, Valor Skills, movimiento en tiempo real por el mapa, obstáculos del escenario, objetos y equipamiento para nuestros personajes, me atrevería a decir que este videojuego ya puede ser considerado como uno de los más representativos del género.
Una cosa es segura: no hay ningún momento especialmente tedioso o aburrido en Unicorn Overlord. La jugabilidad es la joya de esta corona y configurar nuestros grupos para provocar devastadores daños a nuestros enemigos o para crear murallas impenetrables que ni siquiera las unidades más poderosas del adversario podrán atravesar es sumamente gratificante.
Fuera del combate, tenemos algunas otras mecánicas a tomar en consideración como la recolección de recursos para restaurar los pueblos desolados por la tiranía del emperador Galerius y hasta minijuegos que nos permitirán obtener más objetos útiles en nuestra cruzada por la revolución libertaria. Tanto estas actividades como triunfar en las misiones nos otorgarán Renown (renombre) y Honors (honores). El primero nos permitirá aumentar la cantidad de unidades que podemos asignar a un grupo y el segundo es la moneda de cambio para hacerlo. Esta última también se usa para expandir el número de grupos en nuestro comando.
Finalmente, para dejar atrás la jugabilidad, no podemos evitar mencionar la siempre apetecible comida que Vanillaware incluye en sus videojuegos. En Unicorn Overlord, podemos disfrutarla en la taberna de algunas de las ciudades amuralladas que hay en diversas partes del continente. Podemos usar estas instalaciones para aumentar el nivel de Rapport entre los personajes. ¿Qué mejor forma de reforzar lazos de amistad que compartiendo una deliciosa merienda?
Inconfundiblemente Vanillaware
Pasando al apartado artístico… creo que no podemos agregar mucho más a lo que ya se ha dicho de los videojuegos desarrollados por Vanillaware. El estudio japonés siempre se ha caracterizado por sus bellísimos sprites en 2D dibujados a mano y por su talentosa capacidad de animación, incluso desde sus primeros títulos como Princess Crown, GrimGrimoire y Odin’s Sphere.
Unicorn Overlord no iba a ser la excepción y si bien su temática de fantasía medieval ya fue explorada en varios anteriores videojuegos del estudio, esta iteración es la que probablemente tenga el mejor apartado artístico. Los diseños de los más de 60 personajes reclutables son una demostración de maestría de los artistas de este proyecto Takafumi Noma y Masami Yanagi (con clara influencia del trabajo del legendario George Kamitani), pero es que además la excelencia de los trazos no solo se limita al elenco de personajes principales.
Los escenarios, los personajes estándar de cada clase y hasta los NPCs han sido dibujados con un amor y una pasión inigualables, algo de lo que solo los pocos estudios que aún apuestan por el diseño de videojuegos en dos dimensiones se pueden jactar de tener. La atención a los detalles, y los colores tan vibrantes de cada uno de los elementos que se muestran en pantalla es digno de un lienzo. Es probable que cualquier captura de pantalla sin caja de texto o interfaz que se pueda tomar de Unicorn Overlord sería confundida con una obra de arte y con justa razón.
En cuanto a la banda sonora, el estudio de Osaka tampoco decepciona con un score musical majestuoso cargado de excelentes temas. Entre los que más destacan tenemos a Alain’s Theme, Battlefield “Imminent”, Cornia’s Theme, Drakenhold’s Theme, Battlefield “The Dark Place”, Coliseum – Battle, Elheim Stage, Fighting off the Powerful, Battlefield “Exigency” y Farde Mal Diavolo -Come, Foul Demon-.
Conclusión
Es increíble cómo, pese a no seguir tendencias muy marcadas de la industria moderna del videojuego, Vanillaware sigue entregando obras de altísima calidad enfocadas a complacer a sus fervientes fans pero con el potencial suficiente como para atraer a nuevos entusiastas gracias a su incomparable arte y sus siempre intrincados sistemas de juego. Si 13 Sentinels: Aegis Rim fue una apuesta arriesgada que funcionó por su narrativa y apartado visual, Unicorn Overlord se siente como un retorno a una fórmula que el estudio ya conoce y que, gracias a la experiencia ganada con su anterior proyecto, ahora puede desarrollar desde una perspectiva un tanto distinta.
En lo que a mí respecta, Unicorn Overlord se ha convertido en mi videojuego favorito de Vanillaware pese al enorme cariño que le tengo a Odin’s Sphere y Muramasa: The Demon Blade con locura. Se nota que es un producto moldeado gracias a la maestría que el estudio ha ganado a lo largo de los años y con tantos proyectos interesantes en su haber.
Si bien la historia puede pecar de ser muy convencional, su profunda jugabilidad basada en las joyas de los TRPG de los 90 e inicio de los 2000 así como su fantástico apartado artístico y excelsa banda sonora son motivos suficientes para colarse entre lo mejor de 2024 hasta el momento y, considerando los grandes lanzamientos que ya tuvimos este año, es un mérito que no debe pasar desapercibido.
Esta reseña fue escrita luego de jugar una copia digital de Unicorn Overlord brindada por SEGA/Atlus para PlayStation 5. También disponible en PlayStation 4, Xbox One, Xbox Series X|S y Nintendo Switch
PUNTOS BUENOS
Jugabilidad profunda influenciada por los mejores aspectos de los JRPGs tácticos más destacados de antaño. Apartado artístico de otro mundo, cortesía de uno de los mejores estudios de videojuegos en lo a que títulos 2D se refiere. Banda sonora de alta calidad que refuerza las emociones del jugador según la situación.PUNTOS MALOS
El juego no se atreve a alejarse de los tropos tradicionales de este tipo de historias. La cantidad de mecánicas puede resultar abrumadora para ciertos jugadores. Algunos sistemas pudieron expandirse para ser más satisfactorios.CONCLUSIÓN
Si bien su historia puede pecar de ser muy convencional, la profunda jugabilidad de Unicorn Overlord basada en las joyas de los TRPG de los 90 e inicio de los 2000 así como su fantástico apartado artístico y excelsa banda sonora son motivos suficientes para que lo nuevo de Vanillaware se posicione entre lo mejor de 2024 hasta el momento y, considerando los grandes lanzamientos que ya tuvimos este año, es un mérito que no debe pasar desapercibido.