Review

Si me hubieras dicho durante el Direct Mini de Nintendo que Shinsekai: Into the Depths debutó hace cinco meses como juego para móvil, no te habría creído. Como uno de los fieles de Android, sólo he oído hablar del Apple Arcade a través de amigos y de notas de prensa, pero jamás lo he probado por cuenta propia. Es así que no tenía ni idea de qué tipo de juegos había en él. Del mismo modo, tampoco tenía ni idea de que Sayonara Wild Hearts estuviera en la plataforma de Apple.

Me estoy lanzando tácitamente por la borda aquí, porque Shinsekai: Into the Depths, de Capcom, es de una calidad tan alta que ha cambiado mi visión del mercado de los juegos para móviles. Si no fuera por el sólido port en Switch de Nintendo, nunca habría sabido que existía, y eso habría sido una maldita lástima.

Shinsekai: Into the Depths es un sólido Metroidvania. No sé si esa frase te genere emociones tan agradables como a mí, pero tengo una gran debilidad por las experiencias de ese tipo. La idea de explorar una vasta civilización olvidada bajo el turbio azul, y tener que avanzar más y más profundo aún, es una idea que me aterra y me encanta la mismo tiempo.  Creo que en todo estos años, los videojuegos no han cubierto adecuadamente lo que se esconde bajo la superficie del mar, dejando a un lado los tortuosos niveles de agua en muchos títulos. En ese sentido, es bastante obvio lo fascinado que he quedado con Shinsekai: Into the Depths.

El título presenta una historia críptica, es un precioso libro de cuentos que se encuentra con la estética del arte marítimo japonés, y algunas de las mejores mezclas de sonido en un título submarino. Gráficamente el juego parece una década más viejo de lo que es en realidad, lo que contradice sus orígenes móviles. El diseño artístico estelar y la banda sonora de una belleza impresionante hacen todo el trabajo pesado aquí, además de la mezcla de audio que ya pude mencionar. En ese sentido, creo que Shinsekai: Into the Depths se compone de muchos aspectos que merecen bastante respeto y eso que aún no me he adentrado en lo sólido de su gameplay.

En esta experiencia, jugarás como un protagonista sin nombre y sin voz en un traje de buzo con una máscara. Vives bajo el agua, escondiéndote de lo que parece ser el vasto congelamiento de todo el planeta. Por supuesto que necesitamos una llamada a la acción, así que un poco de hielo descendente destruye tu hogar y te obliga a bajar.

Flotarás y fluirás por algunos entornos verdaderamente maravillosos, siempre vigilando las reservas de oxígeno, que también se duplican con tu salud. Sí, si aterrizas demasiado fuerte o te golpea uno de los habitantes más hostiles del océano, perderás una botella de precioso, precioso aire. En ese sentido, tienes que juzgar cuidadosamente cada uno de tus movimientos por miedo a una muerte prematura. ¿Tienes suficiente oxígeno para llegar a la bolsa de aire más cercana o al checkpoint? ¿Hay tanques cerca en caso de que una de sus botellas se rompa?

Mientras entras en pánico por la escasez de aire, te toparás con una gran cantidad de arpones y mejoras, incluyendo un drone acuático y un submarino con un taladro. Es todo bastante encantador, y mecánicamente familiar para cualquiera que haya jugado uno de estos juegos antes. Explorar, encontrar cosas brillantes que desbloquean nuevas áreas, avanzar a dichas áreas y volver a explorar. Shinsekai no se desvía demasiado de la fórmula establecida, aunque no comparte el mismo énfasis en el combate que sus contemporáneos.

Quiero decir, ciertamente lo intenta. Hay muchas batallas entre jefes y criaturas marinas hambrientas, pero luchar contra ellas no es tan divertido. Tienes un ataque cuerpo a cuerpo y un creciente arsenal de arpones a tu disposición, pero la dualidad del oxígeno actuando como medio de salud significa que los encuentros son algo que es mejor evitar, a menos que haya algún tipo de mineral que valga la pena saquear de entre los muertos.

Sí, Shinsekai: Into the Depths tiene un sistema de elaboración. En eso se respalda tu capacidad de aumentar la carga de los objetos de curación, o aprender acciones sin consumir tanto oxígeno (¿no mencioné que el movimiento fuera de la caminata y la escalada también agota tus reservas de oxígeno?). Este sistema no es novedoso, pero funciona bien y contribuye positivamente al diseño más orientado a la supervivencia de Shinsekai. Necesitarás minerales todo el tiempo. Municiones, oxígeno, reparaciones, mejoras en el traje y el mineral especial necesario para mejorar la resistencia a la presión de tu traje.

Shinsekai: Into the Depths tiene mucho de survival. El título te hace adentrarte en las brazas sin rostro del abismo persiguiendo un secreto presagiador, mientras intentas encontrar una forma de evitar ser aplastado hasta la muerte por la inmensa presión a medida que desciendes. Acá, el mineral que recoges refuerza la tolerancia de tu traje de buceo, y no sólo el mapa hace un buen trabajo canalizándote en la dirección correcta, sino que un práctico sistema de sonar destaca los nodos de mineral necesarios en el mini-mapa. Deberás utilizar tu arma de combate cuerpo a cuerpo en el suelo para iluminar todos los objetos de colección en un radio alrededor de ti. Funciona bien y asegura que nunca pierdas la concentración o te pierdas demasiado.

Pero los mares no son del todo tranquilos en Shinsekai, ya que el juego sufre unas pequeñas olas que sacuden el barco. Para empezar, el desempeño es una mezcla de ambos, tanto en modo portátil como en el acoplado. Claro, el juego es el port de un móvil, pero eso no ha impedido que ciertos hipos aparezcan en pantalla. No es problemático, y el juego nunca se sumerge del todo en un territorio no jugable, pero se nota y molesta cuando ocurre. Esto se ha especialmente evidente durante una de las deslucidas peleas contra jefes.

Mira, lo entiendo, es un Metroidvania, así que necesita tener peleas contra jefes. El problema es… que no son muy buenas. La mayoría son secuencias de drenaje de recursos donde haces lo mejor para no ahogarte, y cada golpe que recibes hace ese esfuerzo exponencialmente más difícil. Cuanto menos oxígeno haya en tus reservas, más frenéticas se vuelven las cosas. En ese sentido, no creo que Shinsekai necesitara de peleas contra jefes, ya que el juego es lo suficientemente mágico gracias a su equilibrada visión de la exploración y la supervivencia.

Shinsekai es un juego de siete horas aproximadamente si es que prefieres no invertir en la extracción de todo el material esparcido por el juego, lo que te daría alrededor de dos horas más de lo necesario. Una vez que te sientas cómodo con el ciclo básico de mejorar tu traje, avanzar más hacia lo profundo, y luego mejorar todo de nuevo, el título ya no te provee de nuevas ideas, y el puñado final de niveles se habría desangrado por completo si la fantástica dirección artística no hubiera soportado la carga. Puede que dure más de lo necesario, pero Shinsekai termina justo cuando la fatiga se instala.

Como conclusión, puedo señalar que Shinsekai: Into the Depths es, en última instancia, un título destacado que se siente como un tesoro hundido perdido en una época olvidada. Tiene algunos problemas de ritmo, combates torpes y algunos hipos innecesarios, pero estos defectos no lo hacen menos mágico. De hecho, todavía estoy atónito de que este juego haya empezado como algo sólo disponible en un teléfono.

Los fans de los caprichosos y artísticos títulos indie encontrarán mucho que amar en Shinsekai Into the Depths, y los ardientes puristas del estilo Metroidvania se divertirán con su acuática visión del género. No será el juego favorito de todos para Nintendo Switch, pero estoy más que seguro que mucho podrán encontrar su valor.

Esta reseña fue escrita luego de jugar una copia digital de Shinsekai: Into the Depths para Nintendo Switch brindada por Capcom.