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Tras varias horas después de haber visto Guasón (Joker) una idea sigue rondando mi cabeza, ¿el personaje ríe o llora? Y es que en sus dos horas de proyección, Arthur Fleck nos engaña en muchos momentos, desde situaciones en las que nos genera una muy honesta compasión, hasta una progresión que empieza a ser bastante incómoda ante nuestros ojos. Esta lenta transición nos ayuda a entender lo oscuro y la fragilidad mental del personaje de Joaquin Phoenix, la cual rompe con cualquier estándar de lo moral y nos genera una perturbación natural ante lo que vemos en pantalla.

En ese sentido, sí, creo que el personaje está llorando en muchos sentidos, pero que la risa no solo camufla ese llanto, sino que desea doblegar por completo cualquier sensación de conectar con una tristeza real con el fin de dejar en libertad a la histeria maniática. Después de todo, no hay que olvidar que estamos viendo la película de un psicópata, a pesar de que el director (Todd Phillips) nos intenta pintar, de manera bastante ingeniosa, un cuadro muy distinto al inicio de la película.

Pero vayamos por partes, Guasón nos cuenta la historia de Arthur Fleck, un hombre emocionalmente muy inestable quien debe lidiar con lo agresiva que es la sociedad con las figuras más ‘débiles’ que la componen. En ese sentido, Arthur no solo debe aguantar los abusos y el maltrato en sus limitados círculos sociales, como en su trabajo, sino que también debe de cuidar de una madre claramente enferma. Es en este contexto en que el personaje finalmente llegará a un límite, rompiendo con la poca estabilidad mental que le queda y dando paso a una vorágine de emociones bastante oscuras.

Lo particularmente increíble de esto, es que el trabajo de dirección y guión han hecho un esfuerzo impecable al pintarnos esta situación desde dos enfoques distintos. Por un lado, vemos el claro reclamo ante una sociedad que no duda en pisotear al más débil con el fin de seguir instaurando un orden en que los más beneficiados siempre buscarán estar por encima de todos (suena bastante aterrizado, ¿verdad?). Y, por otro lado, hay un enfoque bastante personal que pone a Arthur en el centro y busca mostrar, con mucha precisión, las distintas repercusiones de los trastornos psicológicos a medida que van floreciendo en el caos.

Creo que ambas posturas son correctas e interesantes y no se canibalizan entre ellas, sino que se respaldan entre sí y llegan a ser colaterales. Lo aterrador del reclamo social es que es algo que podemos ver que sucede actualmente y, lo que es peor, es algo que tranquilamente podría terminar teniendo las mismas repercusiones vistas en la película. No me parece jalado de los pelos que ciertos sectores deseen levantarse de manera agresiva, reclamando una justicia con la repartición de los recursos del Estado. Es más, en nuestro país estamos viviendo actualmente una crisis política que busca lidiar con problemas de corrupción que han aquejado a nuestra nación desde hace muchísimos años atrás.

Y si quieres hacer incluso más trabajo de memoria, lo acontecido en Perú con la guerra interna a finales de los 80’s y principios de los 90’s, nos muestra que la realidad supera la ficción en muchos niveles. Ahora también, es preciso señalar que muchos estuvieron comentando (incluso antes de estrenada la película), que Guasón es un producto que busca hacer apología a la agresión y el levantamiento de las masas. Sin embargo, esas proclamaciones están bastante lejos de la verdad. Como cualquier otra producción que busca instaurar un mensaje, creo que la película de Todd Phillips es un muy buen señalamiento de las cosas que podrían pasar si no empezamos a percatarnos de los cambios que debemos realizar en la sociedad actual.

Es aquí en donde Guasón busca también enfocarse en el personaje y sobre como sus propios problemas emocionales se funden de manera perfecta en el reclamo social y llevan la cordura de Arthur a punto de ebullición. Esto no necesariamente señala que una cosa es consecuencia de la otra, porque no lo es, nunca nada es tan simple. Sino que el trastorno de la personalidad antisocial (psicopatía) de Arthur se deja seducir y entra en perfecto matrimonio con la agresión percibida en toda la película.

Creo que no encuentro suficientes palabras para poner en relieve el gran trabajo que ha hecho Joaquin Phoenix en interpretar al icónico villano de los cómics. Joaquin Phoenix interpreta a un personaje patético, frágil, conmovedor, perturbado, atemorizante, empoderado y tenaz. Es una mezcla de virtudes y defectos que muestran el gran alcance de este actor, y que serán vitales para vendernos por completo las transiciones de la película. El actor hace algo bastante único al mostrarnos un lado bastante particular del personaje y haciéndolo suyo en todo momento. Los elementos más vulnerables de Arthur, como su risa incontrolable, su latente fragilidad y vulnerabilidad, así como su penetrante mirada y transgresión nos encandila y aterra al mismo tiempo.

Otro de los detalles que funciona muy bien con la construcción de su personaje, es que lo hacen siempre bastante real. Creo que con lo que cualquiera puede empatizar, es con ver la desesperación de Arthur por intentar establecer conexiones con figuras paternas a través de toda la película, y cómo esta figura representa un elemento moral que deberá superar para dar paso a la transformación completa, sin vuelta atrás. Definitivamente, son esos momentos en los que la tensión se desarrolla de forma bastante natural y nos antepone al desenlace.

Otros personajes como Murray Franklin (Robert De Niro), Penny Fleck (Frances Conroy), Sophie Dumond (Zazie Beetz) y Brett Cullen (Thomas Wayne) ayudan a crear distintos momentos que estarán siempre en función al personaje de Phoenix. Si bien todos los actores de reparto cumplen un rol bastante decente, creo que pasan a un plano muy secundario. Quiero pensar que es esa la razón por la que la película se llama Guasón, pero no dejo de sentir que algunos podrían haberse aprovechado un poco mejor. Pero hacia el final, todos, y me refiero a TODOS, forman una especie de catarsis muy particular que nos muestran cómo seguirá la transformación de Arthur hacia el Joker.

Considerando que la película dura casi dos horas, son muchas cosas que pasan en pantalla en un máximo de dos días en contexto. Ese es otro detalle a tomar en cuenta, ya que a pesar de que se nos muestra que Arthur tiene una vida bastante miserable desde mucho antes de iniciada la película, algunas cosas siento que pasan demasiado rápido. No obstante, estamos ante un largometraje que lucha contra sus propios límites y esto es algo que podemos dejar pasar. Sobretodo porque todo lo sucedido en estas dos horas, tiene un payoff bastante orgánico, sobretodo con ese guiño al universo DC que verás en algún momento de la película, y que dicho sea de paso, nos hizo saltar a todos en la sala.

No quiero acabar esta review sin mencionar la dirección artística ya que son los colores y la música que transmiten una agradable sensación de encontrarnos dentro de una película de época. Los colores de la vestimenta de Arthur que van entre tonos pasteles nos detallan la melancolía inicial, para luego brindarnos una mezcla más pasional cuando lo vemos con su traje de Joker.

“Nadie se percata de mí, pero ya empiezan a tomarme en cuenta”, esta es una de las líneas que se repite mucho en la película y de alguna manera me parece muy adecuada con el manejo de cámaras que se realiza. Por un lado Guasón nos muestra varios planos largos que intencionalmente buscan contrastar la figura pequeña de Arthur con la de la urbe, la que parece comérselo de cuerpo entero. Solo la escena de él subiendo, con esfuerzo, por las escaleras transmite que el personaje no la pasa bien y que toda su vida es un pesar. Pero luego, se nos brindan unas tomas en primer plano, que si bien soy poquísimas, sirven para instaurar el mensaje de que Arthur está presente y su huella será más que agresiva.

Creo que hemos llegado a punto en que se hace difíciles seguir analizando la película sin entrar en terreno de spoilers. Es por ello que me gustaría mencionar que, como ideas finales, he disfrutado mucho de la película y siento que es un trabajo bastante único en muchos sentidos. Discutiendo con unos colegas, llegamos a la conclusión que esta película funcionaría bastante bien sin la necesidad de tener en contexto a personajes de DC. Después de todo, el mensaje y la caracterización del protagonista, funciona muy bien en la actualidad y nos lleva a la reflexión. Creo que ese es uno de sus grandes méritos, que luego de varias horas después de haberla visto, sigo con muchos deseos de seguir interpretándola.

Entonces, ¿el personaje ríe o llora? Como respondí lineas arriba, desde un punto de vista netamente clínico, creo que hace ambas cosas como una manera de adaptarse a lo que lo rodea. Pero, hacia el final, lo que estamos tratando aquí es con el Joker, y lo único que podemos saber de ese personaje, es que no sabemos absolutamente NADA acerca de él, y eso es magnífico.

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Johann Aldazábal

Director Editorial | Analista de la industria de los videojuegos y el entretenimiento | Psicólogo Clínico | Músico amateur, geek, cinéfilo.