Final Fantasy VII Rebirth es uno de los videojuegos más ambiciosos e impresionantes que he tenido la oportunidad de disfrutar en la actual generación. La secuela del adorado Final Fantasy VII Remake sigue la reimaginación (y continuación) de aquel título que hace más de 25 años llevo a su franquicia a un nivel de fama hasta entonces no alcanzado con su primer estreno en el nostálgico PlayStation 1.
“Remake” fue recibido con ansias, bombos y platillos el pasado 2020 por una fanaticada que ya no podía esperar a descubrir las sorpresas que este regreso a la ciudad de Midgard escondia bajo el brazo. Alejándose casi por completo del clásico sistema por turnos y abrazando un enfoque más moderno con llamativos toques de acción, Cloud y compañía cobraban nueva vida en un entorno mucho más realista que no perdia su toque fantástico mientras contaban el inicio de su historia. Final Fantasy VII Remake fue indiscutiblemente uno de los mejores lanzamientos de aquella época.
Casi 4 años después de aquel magno evento, el esperadísimo siguiente capítulo de la ya confirmada trilogía llega a manos de todos sus seguidores, una vez más como exclusiva temporal de PlayStation. Con él llegan también las esperanzas de ser parte de una leyenda que no solo escape de los confines de la trama establecida por el original de 1996, sino que además nos sorprenda grátamente con un mundo mucho más grande al anterior llevándonos más allá de los límites de la metálica ciudad de Midgard. Siendo ambos objetivos muy grandes, es normal que algunos tengan sus dudas o se mantengan escépticos; pero para todos ellos y para los más optimistas también, me es grato decir que esta nueva obra alcanza y supera cualquier expectativa, incluso las más exageradas.
Este 2024 ha empezado con fuerza y a pesar de que solo han pasado un par de meses desde su inicio; creo firmemente que Final Fantasy VII Rebirth tiene tal nivel de calidad y diversión que es, desde ya, un candidato asegurado a la competencia por el premio a Juego del Año. Estamos ante una experiencia increíble de alcance colosal que pone la barra por las nubes para su inevitable secuela, así como una compra obligatoria para todos los seguidores de esta épica aventura.
Final Fantasy VII Rebirth arranca retomando uno de aquellos misteriosos hilos que Final Fantasy VII Remake dejó abierto tras su intrigante final. De hecho, las palabras “misterio” e “intriga” son dos de los elementos mejor manejados por esta larga trama. Tras un atrapante inicio, que no voy a spoilear, nos reunimos con Cloud, Tifa, Aerith, Barret y Red XIII juntos en el hotel del pequeño pueblo de Kalm tras su peligroso escape de la ciudad de Midgard, propiedad de uno de sus principales enemigos: El gigante corporativo Shinra Electric Power Company.
Antes de seguir, es necesario hacer una advertencia y es que si hasta aquí no tienes idea de quienes son estos personajes y nunca jugaste “Remake” desde ya puedo decirte que aquí no es el mejor lugar para empezar. Si bien se incluye un útil video recuento en el menú inicial, sirve más como un recordatorio para quienes estamos al día y no tanto como un reemplazo a las experiencias pasadas. Éste no es uno de esos casos donde puedes saltar a la secuela con poco o mínimo conocimiento, pues debes conocer muy bien lo que ya ha ocurrido y considerando que el capítulo anterior asumía que habías jugado el lanzamiento de 1996 pues la cosa se hace aun más complicada para nuevos interesados. Con esto dicho, no considero esto un error o problema, sino una simple consecuencia de ser una secuela. Después de todo ¿Quién empieza una serie en el segundo capítulo?
Volviendo a la trama, el quinteto protagonista desea conocer más acerca de aquel villano de cabello blanco que tantos dolores de cabeza les ha dado, y Cloud Strife, quien ha trabajado con él muy de cerca decide que es momento de contarles lo que sabe. Esto nos lleva a un flashback en el pueblo natal de Cloud y Tifa, Nibelheim y el fatídico encuentro que sus pobladores tuvieron con las fuerzas de Shinra y el guerrero más poderoso que alguna vez salió de la unidad SOLDIER: Sephiroth. Este es tan solo el primer capítulo de una colección de 14 que juntos forman una épica de alrededor de 50 horas (sin contar contenido opcional que analizaré en un momento) Cada una de estas partes puede durar entre 2 hasta 4 horas considerando solo las misiones centrales.
Sí, la campaña de Final Fantasy VII Rebirth es larga, y por ratos puede tener un ritmo algo lento en la primera mitad; pero poco a poco descubres que la gran mayoría tienen un motivo importante para estar ahí. Adicionalmente, siempre que crees que el progreso argumental corre el riesgo de frenar, se te lanza una climática escena llena de acción o algún nuevo misterio para mantener tu sed de respuestas evitando que te aburras por un solo momento durante el prolongado viaje.
Ahora, lo anterior puede hacerte creer que la historia es muy dramática y tensa. Sí, la rama principal es de caracter serio, con el destino del mundo en la línea, pero el juego nunca olvida ese gran sentido del humor propio de los rpgs de finales de los 90s. Por cada momento de vida o muerte que encuentras, también hay momentos muy graciosos que aligeran la carga y que me han robado más de una sonrisa como escenas de comedia, personajes y situaciones totalmente excéntricas e incluso un par de números musicales. En gran contraste con la crudeza ostentados por Final Fantasy XVI, aquí tenemos momentos que seguramente te robarán más de una sonrisa, que antes eran tan comunes en el género y actualmente no suelen verse fuera de sagas como Like A Dragon.
Sé que a muchos les gustan las producciones que se jactan de ser oscuras y aunque hay algo de eso aquí, lo que prima es siempre la fantasía y la emoción de la aventura. Esto puede notarse también en el enfoque que se le ha dado a la campaña para hacerla sentir como un viaje a través del mundo. Mientras que la precuela se limitó a narrar los sucesos dentro de la ciudad de Midgard, en esta ocasión, Cloud y compañía se mueven por una lista de gigantescas secciones. El pueblo de Kalm y sus alrededores en los “Grasslands” son solo la primera parada de esta travesía que te lleva por otros lugares que los fans recordarán como la región de Junon o la zona de Corel, hogar del famosísimo centro de entretenimiento: Gold Saucer.
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Varias de estas ubicaciones sirven para recontar viejos eventos de hace 24 años, algunos en un orden distinto al clásico y en su mayoría están más desarrollados con muchas más horas dedicadas a lucir elementos que antes pudieron hasta pasar desapercibidos. Esto también se refleja en el gran desarrollo de nuestro equipo de protagonistas pues varios de los locales a visitar están fuertemente relacionados con alguno de ellos. Por ese lado, los veteranos pueden notar algunos cambios como un completo reenfoque en el personaje de Yuffie para darle mucho más peso (en especial considerando que antes era opcional y ahora hasta tuvo su propio DLC en Final Fantasy VII Remake) en su relación con su hogar de Wutai, y también un gran refuerzo en momentos nostálgicos como tu breve tiempo en Corel con Barret.
Sin embargo, si de cambios frente al original hablamos, ahora tenemos uno gigante en la forma de un hilo narrativo extra corriendo en paralelo a la aventura de nuestro equipo. No puedo dar más detalles de esto sin arruinar la sorpresa; pero te puedo decir que las breves escenas dedicadas a esta parte de la trama son las que más intriga suman a los procedimientos, alcanzando su cumbre en el impactante desenlace del último capítulo. En resumen, el argumento de Final Fantasy VII Rebirth es, como debe ser, uno de sus puntos más fuertes y aquel que carga la dura labor de mantener tu atención por más de 50 horas, objetivo que logra con completo éxito.
Pasando a hablar del gameplay, me gustaría empezar con aquella parte del mismo que está íntimamente relacionado con la gran travesía arriba mencionada: La Exploración. Como dije, en la campaña visitas varias secciones, algunas pocas son un tanto limitadas como templos o instalaciones militares; pero la mayoría de capítulos traen consigo una nueva “Región”. Las regiones son, por así decirlo, como los países del continente y cada una por sí sola funciona como un mapa de “Mundo Abierto”.
Por nombrar una, la primera región que conoces lleva el nombre de “Grasslands” y es el escenario del capítulo 2. Aquí tu objetivo principal es encontrar la manera de cruzar hacia la siguiente área (Junon) pero al abrir el mapa rápidamente te das cuenta que la extensión del terreno explorable va muchísimo más allá de la ruta obligatoria y hay una buena cantidad de pequeños íconos muy al estilo de Ghost of Tsushima, Assassin’s Creed u otros. Estos íconos representan no solo la misión central, sino también varios otros tipos de contenido secundario en su mayoría administrados por Chadley, el joven androide que en la entrega anterior manejaba el simulador de combate. Las funciones de Chadley, y su nueva asistente MAI, se han diversificado mucho y ahora ellos te ayudarán a estar al tanto de todo lo relacionado a la exploración de secretos en cada región.
Para quienes les gusta que sus mundos abiertos estén llenos de cosas por hacer, aquí tenemos una extensa lista de secretos u objetivos alternos. Hay por ejemplo: Torres de comunicación para detectar más misiones, Fuentes de mako para incrementar el repertorio de Materias de Chadley, Batallas especiales contra monstruos con condiciones como tiempo límite, Templos dedicados a las invocaciones desbloqueables, Chocobos salvajes para domar y mucho más. Cada una de estas misiones cuenta con un beneficio particular para tus héroes y si bien puedes pasar la campaña ignorando a la mayoría, te recomiendo que completes todas las que puedas. Trata de comenzar siempre por la de domar Chocobos pues solo hay una por región y cada ave cuenta con habilidades especiales para atravesar el terreno como trepar paredes, planear con el viento o incluso flotar impulsada por el agua. Conseguir al chocobo respectivo de cada zona es indispensable si buscas completarlas al 100%.
Por último, pero no menos importante, tenemos una más que abundante colección de minijuegos. Algunos son parte de unas pocas misiones y solo los juegas en contadas ocasiones como el regreso de Fort Condor; mientras que otros los puedes disfrutar tanto como quieras e incluso presentan múltiples niveles como las Carreras de Chocobo, el Reto en Motocicleta o el Simulador de Ranger Espacial. No obstante, hay un minijuego que destaca por encima de todos los demás en Final Fantasy VII Rebirth: Queen’s Blood. Esta competencia de cartas coleccionables hace acto de presencia en un capítulo central; pero su profundidad va mucho más allá al contar con su propia línea de quest y docenas de rivales repartidos por todo el mundo. Obviamente, también hay docenas de cartas que conseguir ya sea comprándolas en los pueblos o como premios en algunos retos. Si te gustaron los extras como el icónico Triple Triad de FFVIII, no ignores a Queen’s Blood, la vas a pasar de lo mejor.
Con el marcador de mi partida salvada indicando más de 70 horas tras ver los créditos, siento que solo he tocado la mitad de los abundantes quests secundarios y contenido opcional pero estoy más que ansioso por completar todo lo que ofrece cada región esta conseguir el Trofeo Platino, así de entretenido es. Si eres de los que mide el valor de sus juegos en horas o si alguna vez te han preguntado que título llevarte a una isla desierta donde solo podrás jugar uno aquí tienes la respuesta.
Pasando a otra sección del gameplay, el combate es una parte de altísima importancia para Final Fantasy VII Rebirth y afortunadamente es uno de los mejores sistemas de toda la entrega. Las bases de la pelea son básicamente las mismas de “Remake”. Los modos “Clásico” y “Normal” regresan, así como el sistema “Híbrido” que hizo famoso a la jugabilidad del anterior. Tal como ocurría antes, la única diferencia entre los modos es que en el primero la CPU se encarga de las acciones básicas de toda tu party de 3 guerreros; mientras que en Normal tu tomas control de uno de ellos mientras los otros actúan por su cuenta. El objetivo del primero es aliviar la carga al jugador para que solo deba concentrarse en que habilidades o hechizos usar; mientras que el segundo te da más responsabilidad (como esquivar y bloquear) pero también muchísima más libertad para aprovechar la acción en tiempo real y los combos regulares.
No importa cual elijas (aunque recomiendo por mucho el modo Normal) tu tarea seguirá siendo pelear con golpes regulares (Cuadrado) y habilidades personales (Triángulo) mientras haces crecer tu barra de ATB. Una vez que al menos un segmento de ese medidor está lleno puedes apretar Cruz para frenar la acción y entrar al “Modo Táctico” donde todo pasa a cámara lenta y eliges lo que deseas hacer de un menú que incluye técnicas especiales o hechizos provenientes de tus materias equipadas que consumen MP (Puntos de magia) Es importante saber analizar al rival con el movimiento “Assess” o en su defecto descubrir sus debilidades para contraatacar con la opción correcta en lugar de solo fuerza bruta. Aprovecha las técnicas apropiadas y puedes causar “Presión” sobre tu oponente interrumpiendo sus ataques y llenando la barra de “Stagger” que si llega al tope lo marea por unos segundos para que puedas hacer grandes cantidades de daño.
Usar correctamente tu ATB y MP es algo que ya vimos en el pasado y sobre esto se construye una nueva mecánica que es la gran estrella de las luchas en Final Fantasy VII Rebirth: La Sinergia. Synergy o Sinergia es la clasificación que se le da a aquellos poderes que involucran a dos personajes para ejecutar un mismo movimiento, en otras palabras “Ataques Dobles”. Podemos encontrarla en dos formas: “Synergy Skills” y “Synergy Abilities”. Los primeros son mucho más simples y basta con presionar un par de botones para que dos héroes actuen juntos. Aquí tenemos casos como Tifa saltando sobre el báculo de Aerith para alcanzar enemigos aéreos, Cloud rebotando las balas de Barret para golpes extra o Yuffie canalizando la magia de Red XIII en una shuriken cargada.
Las Sinergy Skills son veloces y no necesitan de ATB, solo requieren que ambos participantes esté disponibles; pero también son algo débiles y pueden dejarte vulnerable. Consideralas como una herramienta situacional más que la base de tu ofensiva. Por lo contrario, las “Synergy Abilities” son la máxima expresión del trabajo en equipo. Estas técnicas son mucho más poderosas, casi como un Limit Break (el ataque final de cada guerrero) y cuentan con beneficios extra como aumentar la barra de ATB a 3 segmentos, reducir el costo de MP a 0 o mejorar tus Limit Breaks. No obstante, para usarlas debes obtener “Cargas de Sinergia” ejecutando tus habilidades personales comunes. Si los dos integrantes que deseas usar tienen suficientes cargas, la Synergy Ability se hace disponible y puedes desatar su cinemática furia sobre algún desafortunado monstruo.
Ahora, existen dos opciones más que podrían considerarse “Ases bajo la manga”. El primero son los tradicionales “Limit Breaks” que utilizan una barra aparte cargada con el daño que recibes. Sobrevive lo suficiente y puedes desatar furiosos impactos como el Cross Slash de Cloud, Somersault de Tifa o curar a todos los heridos con el Healing Wind de Aerith. Por si esto no fuera lo suficiente, usando ciertos Synergy Abilities puedes alcanzar los Limit Breaks de nivel 2 y 3 (si es que ya los has desbloqueado) Finalmente, si te ves contra la pared, puedes invocar a alguna de las bestias de la precuela como Ifrit o Shiva o una de las nuevas como Fenix, Titan y Alexander. Cabe mencionar que a diferencia de las viejas invocaciones, las nuevas pueden ser mejoradas encontrando sus altares en cada región.
Sí, Final Fantasy VII Rebirth tiene un sistema de combate complejo y toma tiempo dominarlo; pero también es uno de los más divertidos y atrapantes que he visto en cualquier lado. Es común andar pensando rápido y siempre pendiente de información como debilidades enemigas, el estado de tus héroes y reacomodando constántemente tu plan de batalla, en especial en la dificultad “Dinámica” o el desbloqueable modo “Hard” (luego de terminar la campaña) Francamente entiendo si algunos jugadores puedan abrumarse; pero si tienes buenos reflejos, lo tomas con calma y aprovechas el crecimiento gradual de tus personajes, podrás usar tus combos regulares, tus técnicas ATB, tus hechizos, Sinergia y Limit Breaks con letal efectividad. Repito, hay muchísimas opciones; pero el juego no espera que las domines o uses todas a la vez, así que te invito a ir aprendiendo poco a poco pues te aseguro que una vez que descubres lo que puedes hacer, se abre paso a una ola de diversión en cada enfrentamiento.
Para ir alcanzando esa máxima expresión de cada uno de tus guerreros, obviamente es necesario que aproveches los sistemas de mejora y personalización. Estos en su mayoría son iguales a los de Remake como el sistema de Folios (el nombre local de los Skill Tree) donde pagas Puntos de Habilidad para ganar nuevos poderes o mejoras pasivas a tus atributos de vida y magia. Otro sistema que también regresa es la clásica opción de insertar Orbes de Materia en alguna de tus piezas de equipo. Esto es el núcleo de la personalización desde Final Fantasy VII de 1996 y es sumamente importante que no descuides tus materias y las intercambies por nuevas de vez en cuando para que todas suban de nivel y ganes acceso a versiones mejoradas de sus hechizos como cuando la materia Fire desbloquea Fira y Firaga.
Adicionalmente existe una siempre presente novedad en la forma del sistema de “Transmutación de Items”. Éste es simplemente otro nombre para una simplificada opción de “Crafting” que aprovecha los materiales que ves regados por el suelo durante tus expediciones. Puede no ser un agregado muy complejo, pero considerando que hay cientos de materiales tirados por todos lados, siempre es útil poder fabricar accesorios y pociones sin necesidad de visitar al típico vendedor en alguna de las ciudades.
Pasando a hablar del apartado gráfico, que más se puede decir del lado visual de Final Fantasy VII Rebirth que no se sepa ya gracias a su predecesor y a los varios trailers y demos. Es francamente hermoso y sus héroes cuentan con una infinidad de detalle que va desde la punta de sus cabellos hasta las arrugas bajo sus ojos viéndose increíbles gracias a sus modelos 3D sin necesidad de scanear actores. Los protagonistas cuentan con un cierto factor de “fantasía realista” que juega muy a su favor para mantener su aterrizado look y a la vez integrar elementos extravagantes pero vitales para la identidad de su universo como los Chocobos, Moogles y más.
Esto también permite que gente como Cloud, Tifa y Aerith sean súmamente atractivos sin desentonar con el resto; mientras que otros como Barret, Red XIII o Cait Sith reflejan su personalidad con características menos usuales como su gran musculatura o suaves pelajes. Todo el trabajo puesto en cada parte de sus cuerpos y ropa demuestra una gran entrega y trabajo por parte de los artistas detrás de ellos. Otro elemento a destacar en el lado gráfico son sin duda los escenarios. Ya sea dentro de alguno de los muchos pueblos, alguna opulente ciudad de Shinra o en las afueras del mundo abierto, la obra no escatima en esfuerzo para adornar cada rincón de su mundo con ambientes que te roban el aliento con sus impresionantes vistas.
Por cierto, debo mencionar que, una vez más, tenemos dos modos gráficos: “Calidad” y “Rendimiento”. El primero se ve mejor en monitores de alta gama; pero personalmente creo que el segundo es superior pues añade una gran fluidez prácticamente necesaria para las aceleradas peleas asegurando sólidos 60 frames por segundo sin verse para nada mal.
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Y antes de cerrar este análisis también es muy importante hablar del lado de música y audio. No es un secreto para nadie que la saga Final Fantasy ha producido algunas de las melodías más icónicas de cualquier videojuego y la séptima entrega también cuenta con varias tonadas de altísimo nivel como “On Our Way”, “Let The Battles Begin” o los temas de Barret, Tifa o Aerith. Todas ellas regresan con versiones renovadas para el deleite de tus sonidos y se les suman otras novedades como canciones propias de la precuela “Crisis Core” o temas de combate personalizados para cada uno de los héroes jugables. La banda sonora es toda una joya y seguramente se quedará sonando en tu cabeza incluso cuando no estés jugando.
Por último también vale la pena resaltar el gran trabajo de actuación de voz de los actores que regresan desde “Remake” para re-interpretar sus icónicos roles así como el de aquellos que recién se suman al cast. Desde el lanzamiento de Final Fantasy X, primera entrega en darle voz a sus personajes, este elemento ha sido muy importante para la franquicia y aquí lo tenemos en su máximo expresión superando incluso al reciente gran trabajo de FFXVI gracias al mayor rango de emociones y niveles de ánimo que esta variada campaña trae consigo.
En conclusión, Final Fantasy VII Rebirth es una obra de maestra por donde sea que lo mires. Hace muchísimo tiempo que un análisis me hace tan difícil encontrar algún punto negativo. No se equivoquen, no es completamente perfecto; pero cuando algo te da tanto contenido de calidad y varios días de una enorme diversión que se mantiene de inicio a fin, merece ser considerado entre los mejores trabajos de la actualidad y cualquiera de sus mínimas falencias es eclipsada de forma absoluta por la excelencia de cada uno de su apartados.
Para empezar, contrario a la impresión que me dio la segunda demo, un gigantesco mundo abierto te espera fuera de las puertas de Midgard. A pesar de seguir dividido en regiones esto va mucho más allá de los típicos pasillos de otros rpg y cada una de las secciones casi podría ser el mapa de su propio juego con horas de exploración descubriendo secretos y misiones secundarias. En segundo lugar, el combate puede no ser tan amigable en un inicio, pero gracias a un acercamiento gradual y suficiente creatividad pronto creas largos combos que explotan las debilidades del rival para destruirlos con apabullantes Limit Breaks y deslumbrantes “Habilidades de Sinergía” o en caso las cosas salgan mal, pedir ayuda a imponentes Invocaciones; todo sin frenar la emoción de la batalla.
Por otro lado, la trama sigue siendo parte integral de este lanzamiento y seguramente será lo que la gran mayoría de los fans esperan con más ansias. En este sentido, el título no decepciona. Si bien creo que podría haber acelerado un poco más el ritmo o repartir de forma más equitativa sus mejores momentos a través de las más de 50 horas de duración (sin contar contenido secundario porque con eso tenemos más de 100) su generosa dosis de misterio te mantiene intrigado todo el camino para luego deslumbrarte con un increíble y memorable desenlace que tendrá a muchos hablando hasta la próxima secuela. Eso sí, si existe una razón que me impide recomendarlo abiertamente es la gran cantidad de conocimiento previo necesario para disfrutar la narración. Si no has jugado las entregas anteriores, pues no puedo decirte que empieces por éste; aunque si estás dispuesto a hacer la tarea, ten por seguro que valdrá cada segundo invertido.
Final Fantasy VII Rebirth es una experiencia que ningún seguidor de la serie debe perderse por ningún motivo y que vale cada centavo de su precio. Si ya eres un veterano familiarizado con las aventuras de Cloud Strife y compañía, es tu deber sumar esta entrega a tu colección ahora mismo. Estoy casi seguro que, cuando la trilogía esté completa, tendremos en nuestras manos la mejor aventura de Final Fantasy jamás creada que será recordada y reverenciada junto a los más grandes clásicos del género como Chrono Trigger, Earthbound, Dragon Quest VIII o el mismísimo FFVII original. La historia no está completa aun, y por ahora nos quedamos con varias preguntas por responder; pero también tenemos a un segundo capítulo muy superior a su predecesor que lleva a la franquicia a un nuevo nivel y un más que seguro candidado a Juego del Año en este 2024 que recién comienza.
Esta reseña fue escrita luego de jugar una copia digital de Final Fantasy VII Rebirth brindada por Square Enix para PlayStation 5.
PUNTOS BUENOS
El mundo es gigantesco y puedes perderte por horas en cada una de sus secciones abiertas. El combate es inicialmente complejo, pero una vez que lo dominas es muy divertido y dinámico. Los gráficos son impresionantes, aunque sigo recomendando el modo "Performance" por los 60 fps. La actuación de voz es magistral y la banda sonora es simplemente hermosa. La historia se luce con algunos de los momentos más impactantes en su acto final.PUNTOS MALOS
A pesar de que maneja bien la intriga, la trama demora en tomar fuerza.CONCLUSIÓN
Final Fantasy VII Rebirth es una obra maestra por donde lo veas. El mundo a explorar es enorme y cada una de sus regiones está llena de secretos y misiones para explorar por más de 50 horas. El sistema de combate mantiene el dinamismo de su predecesor y lo expande con las efectivas "Sinergias". Su hermoso acabado gráfico, excelente banda sonora y gran actuación de voz son todos impecables. Por último, su historia puede ser de ritmo lento por ratos; pero gracias a una gran combinación de intriga y momentos cinemáticos, sumados a sus entrañables héroes, atrapa tu atención y no la suelta hasta el impactante final. Eso sí, se espera que estés muy familiarizado con la serie y si eres nuevo tienes mucha tarea antes de jugarlo, aunque te aseguro que valdrá cada segundo. Por lo contrario, si ya estás familiarizado con la saga de Cloud, Sephiroth y compañía, estás más que obligado a sumar a tu colección este segundo capítulo que lleva a la franquicia a un nuevo nivel y es un candidato asegurado a Juego del Año.