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El autor André Gide escribió una vez: “No amo a los hombres: Amo lo que los devora“. Tomando literalmente esa frase, este tipo de sentimiento sin duda sería compartido con entusiasmo por cualquiera que pueda disfrutar mucho de alguna película de terror. En Carrion, tienes la oportunidad de jugar como un cautivo monstruo, y serán los humanos quienes se encuentren en el menú del juego. Esta premisa es bastante peculiar, y es interesante que Phobia Game Studios haya querido darle ese vuelco al tradicional enfoque del terror.

La trama de Carrion es bastante simple: los jugadores hacen el papel de un monstruo con tentáculos, atrapado en un laboratorio subterráneo, que ha salido recientemente de su confinamiento. Como cualquier otro joven monstruo, el ímpetu del personaje se verá en toda su gloria al orquestar su escape del confinamiento. Naturalmente, el laboratorio está lleno de trabajadores, así que el monstruo tendrá que defenderse y asegurarse de tener la energía necesaria para completar el viaje que tiene por delante.

En sus viajes a través del complejo del laboratorio, el monstruo se topa con varias máquinas grandes. Una vez que entran en ellas, los jugadores toman el control de un grupo de humanos en una especie de visión de un tiempo y lugar diferentes. Cabe señalar que el contexto de estas escenas no está del todo claro hasta que podemos completar el juego, por lo cual no entraré en spoilers aquí.

El núcleo del juego de Carrion es navegar por las áreas del laboratorio con tus tentáculos, pegarte a las paredes y meterte en las cuevas. Los jugadores usarán el stick izquierdo para moverse y el derecho para apuntar sus tentáculos. Una vez apuntados, los tentáculos pueden agarrar objetos después de presionar ZR. Esto se usa para activar interruptores, abrir rejas y puertas, utilizar ciertas habilidades y coger humanos. Una forma rápida de incapacitar a los enemigos humanos es comérselos, lo que se puede hacer después de cogerlos y soltar el stick derecho, permitiendo que sean arrastrados lentamente a tu salivante boca llena de dientes.

Los controles son fáciles de entender y dominar. El problema es maniobrar la masa corpulenta en la que se convierte el monstruo a medida que crece a lo largo del juego. La tarea es apretar a través de pequeñas aberturas y hacer giros bruscos por las esquinas, lo que se vuelve muy engorroso ya que no importa en qué dirección te muevas, la parte delantera del monstruo parece permanecer igual. Así que si doblas en una esquina y tratas de moverte hacia el otro lado, a veces terminas volviendo al lado del que viniste. Otro escenario similar es cuando intentas agarrar a escondidas a un humano mientras metes la cabeza en una esquina, pero lamentablemente te percatas que el tentáculo viene del lado equivocado del monstruo, ya que la “cabeza” que estás asomando es en realidad la parte trasera. Esto requiere que te reorganices por completo para que el extremo correcto del monstruo esté orientado hacia el enemigo. Definitivamente estos problemas de control pueden obstaculizar la diversión de los jugadores.

No todo el mundo disfruta (¡ja!) de la idea de un gigante y sangriento monstruo entrando en la habitación, por lo que es lógico esperar algo de resistencia durante tu estancia en el laboratorio. Los enemigos van desde empleados normales que se han armado con pistolas, hasta soldados empleados para vigilar el complejo, quienes tienen a su disposición pistolas automáticas y escudos de energía que impiden que los agarres por el frente. En nuestro paso también deberemos enfrentarnos a máquinas enemigas como torretas montadas y drones, que ofrecen sus propios desafíos. Cabe señalar que los humanos también podrán pilotar mechs, que son probablemente el enemigo más peligroso para los que no estaremos del todo preparados.

Los entornos están diseñados para que tengas interesantes opciones de enfrentarte a los enemigos. Por ejemplo, los jugadores siempre podrán entrar por la puerta, pero a menudo es mucho más prudente arrastrarse por el perímetro de las habitaciones, buscando pequeños puntos en los que el monstruo pueda arrebatar a alguien con sus tentáculos. Del mismo modo, podrás coger objetos y empuñarlos como armas contundentes para derribar a los enemigos, lo que resulta especialmente útil para matar a los soldados que adoran bloquearte el paso con sus escudos. Este espacio que brinda Carrion, para la variedad, significa que jugadores de todos los estilos pueden divertirse acechando y causando estragos.

Al recibir daño, la salud disminuirá rápidamente (al igual que el tamaño del monstruo). Teniendo en cuenta el tamaño considerable del monstruo, comparado con el tamaño de las balas, esto suena algo exagerado, pero francamente, el juego sería demasiado fácil si los humanos no pudieran hacer algo de daño. La buena noticia es que podemos consumir humanos para regenerar vitalidad, siempre y cuando sean civiles ya que los soldados armados (al parecer poco apetecibles) serán masticados y escupidos.

A lo largo del camino, los jugadores encontrarán numerosos contenedores que contienen muestras de ADN que darán al monstruo nuevas habilidades. Estas van desde piel de púas hasta la invisibilidad que abrirán nuevas estrategias de combate y actuarán como un medio para llegar a nuevas áreas también. La recolección de ciertas habilidades también aumentará el tamaño y la salud máxima del monstruo, expandiendo la barra de salud a niveles codificados por colores. Cada habilidad se muestra en el HUD en las cuatro esquinas de la pantalla, y sólo se pueden usar ciertas habilidades dependiendo del nivel.

Además, en el juego hay nueve unidades de contención, que albergan ventajas. Esto aumenta tus habilidades existentes, como la de concederte más tentáculos. Algunas son útiles de tener, pero pueden ser difíciles de encontrar porque a veces requieren un serio retroceso en tu camino. Sin un mapa, esto puede ser un esfuerzo que consume tiempo, especialmente considerando que las ventajas casi nunca valen mucho el esfuerzo.

Una habilidad divertida de usar es el parasitismo, que permite controlar a algunos humanos. Esto cambia el esquema de control completamente, permitiéndole caminar y subir escaleras. Si te haces cargo de un soldado, puedes incluso usar su escudo de energía o lanzallamas. Los mechs también pueden ser pilotados, lo que hace toda la experiencia incluso más satisfactoria.

Hay varias regiones para explorar en Carrion, y será necesario retroceder después de haber adquirido nuevas habilidades para abrir más áreas. Los puntos de guardado se encuentran en forma de grietas de colmena, que puedes infestar y convertir en zonas seguras. Esto también sirve para abrir las escotillas que conducen a una nueva área. Es preciso señalar que a menudo, es necesario infestar múltiples grietas de la colmena para poder abrir la escotilla.

Cada región tiene una pizarra electrónica que proporciona información sobre ella. Estos muestran cuántas de las entradas de las áreas han sido abiertas, cuántos recipientes de habilidad han sido encontrados, y si la unidad de contención secreta ha sido encontrada. Estas son herramientas útiles para cualquier que desee completar el juego al 100%, puesto que muestra el rastro de lo que aún se debe encontrar, o si algo se pasó por alto.

Ahora, es importante señalar que Carrion técnicamente se queda corto para ser considerado como un juego del tipo “metroidvania”, ya que no hay ningún tipo de mapa, un elemento clave del género. El retroceso, el uso de habilidades en áreas previamente atravesadas, y la presencia de múltiples regiones conectadas, que puedes explorar a tu gusto, son todos sellos de este tipo de juegos, así que uno podría llamar a esto una metroidvania y no estar completamente equivocado. Los jugadores deben tener en cuenta que no tener un mapa en un juego, que espera que retrocedas frecuentemente, puede ser frustrante, y deben estar preparados para perderse en varias ocasiones. Aún así, los mapas no son demasiado grandes, y el monstruo puede navegar bastante rápido cuando no hay enemigos.

El estilo de arte de Carrion puede resumirse como retro sangriento. Los entornos del juego recuerdan a los plataformeros de la era de los 16 bits, y la carnicería que se produce en este juego dejará cada píxel manchado con las vísceras y la sangre de cualquiera que se ponga en el camino del monstruo.

En cuanto a la música de Carrion, podríamos definirla como mínima, de sonido atmosférico. Esto crea un ambiente de suspenso y tensión mientras te deslizas por los pasillos y las rejillas de ventilación. Sin embargo, una vez que te enfrentas a los enemigos, la música completa entra en acción y el terror impregna la escena. La música hace un fantástico trabajo de estar tensa cuando se necesita y enérgica cuando es apropiado. Es un complemento perfecto para la experiencia de juego.

Para finalizar, me quedo con la idea de que Carrion es un clásico juego de ensueño para los fanáticos de las películas de monstruos. La banda sonora, el estilo de arte y la jugabilidad se combinan para crear un escenario aterrador. Lo que realmente lo diferencia es que juegas como el propio monstruo, así que en esta ocasión tú serás la fuente del terror. Este concepto de “terror inverso” es un regalo para la experiencia y crea momentos realmente interesantes que el título ha sabido aprovechar.

Esta reseña fue escrita luego de jugar una copia digital de Carrion para Nintendo Switch brindada por Devolver Digital.