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Cuando nos ponemos a pensar al respecto, muchos videojuegos, en su núcleo, son fantasías de poder. Ya sea que fantasees con ser un superhéroe o con alguien de moral poco juiciosa, todos estamos jugando a ser alguien, o algo, que puede ser muy diferente a nosotros mismos. Y no hay nada más poderoso que un tiburón. ¿Verdad? Quiero decir, tal vez algunas cosas… ¿tal vez los osos polares? Los pulpos son definitivamente más inteligentes, pero no más fuertes. Los videojuegos a menudo están destinados a hacernos sentir fuertes en distintos aspectos, y es ahí donde Maneater se mueve “como pez en el agua”.

En Maneater juegas como un joven tiburón toro, saliendo al nuevo mundo con ojos brillantes y alma inocente. O más bien, ese habría sido el ideal sino fuera por un loco cazador de tiburones llamado Scaly Pete, quien asesinó a tu madre y te arrancó de sus entrañas, no sin antes marcarte con su machete para un futuro, e inevitable, nuevo encuentro.

Lo bueno es que la arrogancia de Pete te da una oportunidad para la venganza, sólo tendrás que ser lo suficientemente fuerte para enfrentarte a él. Para ello, tienes que comerte a todos y a todo lo que se te cruce en el crudo camino hacia esa venganza. Esto implica nadar mucho, comer humanos, varias criaturas marinas, y enfrentarse a más poderosos depredadores para dominar el océano.

La historia de Maneater es bastante sencilla y no esperes algo muy complejo con su final. En cambio, la experiencia se respalda mucho en su estilo y humor. Todo está enmarcado como un reality show de TV siguiendo las hazañas de Scaly Pete, aunque esto es básicamente una excusa para que Chris Parnell (Rick & Morty) lea unas líneas bastante divertidas sobre lo que tú y Pete hacen en todo el juego. Y, debo decir, que funciona totalmente, ya que los diálogos son realmente divertidos brindando momentos de carcajadas. Siempre que un dispositivo narrativo se basa en reflexiones que aparecen de forma semiautomáticas, me preparo para que se torne repetitivo y aburrido. No obstante, aunque algunas líneas en Maneater se repiten varias veces, el mecanismo funciona muy bien para establecer el tono del juego.

Maneater, en muchas maneras, se siente como un juego sacado directamente de los primeros años de la década, sobretodo por el tono general de la experiencia. Aquí todo se centra en lo absurdo, pero no en su totalidad, puesto que de alguna manera se intenta balancear todo para que no diste completamente de la realidad. Nadando por las orillas del golfo encontrarás viñetas bastante divertidas con referencias cinematográficas, sátiras ambientales y una vibra general de irreverencia que funciona excepcionalmente bien para la mayoría del juego.

Asimismo, la jugabilidad tiene la misma sensación que la de los juegos de hace 10-20 años, como el “Destruye a todos los humanos y enemigos”. ¿Recuerdas cuando los juegos eran bastante divertidos y no te arrojaban toneladas de sistemas y mecánicas aleatorias para justificar su precio de compra? Esa sensación está viva en Maneater, que te lleva al golfo y te permite ser el tiburón que siempre has querido ser. Nadas por ahí, comes cosas, además que obtienes nuevas habilidades a través de las cosas que comes. Todo es bastante sencillo, aunque con tan pocas mejoras desbloqueables, especialmente al principio, puede parecer demasiado simple por momentos. Pero si eso es lo que buscas, entonces Maneater está en su punto.

El juego se considera un juego de rol de acción, pero se siente más como un Metroidvania bastante ligero, o simplemente un juego de acción con algunas mecánica RPG. La experiencia crece en poder y habilidad, pero se mueve lentamente y está más ligado a tu progreso a través de la historia o a las cosas aleatorias que encuentres, en lugar de las elecciones reales que hagas.

Los diferentes órganos y partes de tu cuerpo que desbloqueas, te dan nuevas y poderosas habilidades, todas las cuales pueden ser mejoradas con materiales dentro del juego. No obstante, todo se reparte de manera bastante lenta y, la verdad, no ofrecen una gran variedad. Es de esta forma que no te sorprenda que utilices pocas de estas habilidades durante tu primera pasada en el juego, puesto que pueden aprovecharse mejor como un elemento posterior.

Sin embargo, llegar allí podría ser un desafío para algunos, especialmente para aquellos a quienes no les gusta volver a tener que hacer lo mismo. Verá, las ocho áreas principales del mapa de Maneater se reducen al mismo conjunto de objetivos. Entras y encuentras la Gruta (área segura) y luego te ramificas para manejar misiones que siempre se respaldan en tener que comer a un cierto tipo de animal, matando un depredador específico, y/o comiendo un número determinado de humanos, lo que provoca la evidente respuesta de los cazadores de tiburones. Una vez que se completas la mayoría de objetivos secundarios y principales, se observa una cutscene que da pase a la siguiente área.

Definitivamente no hay mucha variedad en lo que haces o con lo que te encuentras. Incluso los jefes de cada área luchan exactamente igual, con sólo variaciones minúsculas en cómo se comportan y cómo los derrotas. Tu segunda hora con Maneater se sentirá casi igual que tu vigésima, aparte de lo poderoso que podría sentirse tu tiburón. Como dije líneas arriba, el juego cumple con la promesa de brindarte una experiencia dónde el poder es el núcleo de tu personaje. Y si bien eres un tiburón fuerte y mortal, los controles, a pesar de estar bien diseñados, no funcionen el 100% de las veces. No obstante, a medida que creces y mejoras tu personaje, empiezas a tener la sensación de que te has vuelto mejor y más poderoso dentro del juego.

¿Recuerdas Feeding Frenzy? Era un juego sencillo que proporcionaba un placer específico. Empezabas como un pez pequeño y al final del nivel te convertiste en el rey del océano, mordiendo todo y a todos, incluyendo aquellos peces más grandes que solían representar un gran peligro para to. Maneater hace lo mismo durante una gran parte del tiempo, donde al final es bastante satisfactorio mientras masticas tiburones martillo que solían sentirse como jefes para ti.

A nivel de gráficos, el juego posee un estilo de diseño animado, pero aún así encontrarás que faltan mayores modelos para los distintos cazadores, especialmente en el hecho de que no destacan tanto como Scaly Pete. Los peces están impecablemente hechos, y tu tiburón se ve grotesco y hermoso, especialmente cuando lo haces evolucionar. Los entornos son la parte más impresionante del lado gráfico de Maneater, gracias al uso de la luz para modificar la visión subacuática en las áreaa. Incluso si tuvieras que quitar eso, hay una cantidad impresionante de detalles en las grutas y en las tuberías de las alcantarilla.

Ahora, sí quiero señalar que la curva de dificultad está un poco rota, y esto puede fallar este sentido de logro a veces. Si pasas demasiado tiempo en un área, entrarás en la siguiente, capaz de derribar incluso a los depredadores más importantes. E incluso sin hacer esto, con sólo cumplir con los mínimos requisitos del área actual, puedes entrar en la siguiente con la sensación como si todo no hubiera cambiado mucho más allá de una o dos bestias más fuertes que sólo requieren un poco más de paciencia de tu parte.

Jugando Maneater tuve la sensación de que el juego estuvo a punto de conseguir todo lo que hubiera deseado de él. Es decir, consiguió mucho de lo que requería, pero fracasó algunos detalles. El mundo está diseñado por expertos y se ve muy bien en Unreal Engine 4, pero no hay mucho más allá de los visuales y las referencias indirectas. Los controles son sólidos, a pesar de algunos casos en los que las cosas se ponen bastante torpes. Las animaciones son pasables, pero pueden fallar ocasionalmente. El juego también necesita desesperadamente un mejor sistema de ‘lock-on’, ya que básicamente no cuenta con ninguno. Así mismo, el núcleo del juego funciona mucho mejor de lo que debería, se siente realmente bien el nadar y morder a cualquier pez que se cruce en tu camino. Pero una vez que te adaptas a ese patrón, no se desvía a ningún extremo.

¿Por qué no tener una misión que te encargue la caza de un pez, rastrearlo usando tu agudo sentido del olfato? ¿Dónde hay una misión en la que un cazador de tiburones imparable te persigue y te obliga a llevarlo a una trampa? ¿Qué tal si un área está demasiado contaminada para entrar al principio, requiriendo que te muevas de un lugar seguro a otro mientras navegas? Cualquiera de estos habría roto la monotonía de la fórmula actual y habría elevado toda la experiencia al pilar en dónde merece haber estado.

Como ideas finales, me queda claro que Maneater se propone ofrecer una experiencia específica y termina consiguiéndola, pero no intenta abarcar más que solo eso. Es muy divertido, y me encontré regresando una y otra vez con muchas ganas de seguir zambulléndome en el océano. Pero cuanto más me metía en el juego, más se hacían evidentes las grietas.

Con una serie de mejoras lentas y misiones completamente repetitivas, muchos se sentirán decepcionados con la experiencia en general. Aún así, el núcleo del juego es todo un disfrute y se siente como el tipo de juego que muchos usuarios han estado pidiendo durante años.

Si puedes vivir con los problemas, encontrarás que Maneater es pura diversión. Los temas mencionados son una lástima, pero la naturaleza distintiva de ser un tiburón y la capacidad de causar caos, de una manera diferente, recordará a los jugadores el atractivo de los juegos de mundo abierto.