96
Views

La película Guasón usa una condición médica de la vida real para explicar la risa incontrolable que vemos durante la emisión de la película, esta condición es conocida como la Incontinencia Afectiva o la Labilidad Emocional (Pseudobulbar Effect). El clásico archi enemigo de Batman, el Joker, es muy bien conocido por sus distintiva risa que es generalmente tratada como una expresión del oscuro sentido del humor del personaje, mientras se ríe del caos que deja a su paso. Pero Guasón (2019) usa un enfoque muy diferente de esta manifestación histriónica del personaje.

En la última película, la risa es realmente una expresión del dolor interior de Arthur Fleck. Fleck tiene lo que él llama “una condición”, que le causa el reírse de manera descontrolada en momentos inapropiados. Parece haber una desconexión entre el estado de ánimo real de Fleck y su despliegue exterior de emociones. Como resultado, Fleck no puede evitar reírse incontrolablemente cuando se encuentra en una situación estresante. Esto proporciona a que se desarrollen algunos conflictos, ya que Arthur es incapaz de expresarse, de forma clara, cuando sufre algunos de estos episodios.

Por supuesto, hay un intenso debate en Hollywood sobre el uso de las enfermedades mentales como la fuerza motriz detrás de un súper villano. Este es un problema particular con la galería de enemigos de Batman, dado que los oponentes del Caballero Oscuro son generalmente reclusos del Asilo Arkham. Aún así, es interesante ver al director Todd Phillips elegir acercar su película a las condiciones médicas del mundo real, en lugar de alejarlo. Pero, ¿qué tan preciso es el retrato que nos pinta?

La Labilidad Emocional o el Pseudobulbar Effect, es un trastorno emocional en el que el afecto de una persona está completamente desconectado de su estado de ánimo real, manifestándose generalmente en risas incontrolables o llanto violento. La enfermedad se registró por primera vez en 1872, cuando Charles Darwin escribió sobre “ciertas enfermedades cerebrales, como la hemiplejía, el desperdicio de cerebro y la decadencia senil,[que] tienen una tendencia especial a inducir el llanto”.

Los investigadores han concluido gradualmente que la Labilidad Emocional es un resultado de daño cerebral. La condición fue nombrada en la década de 1890 con el fin de diferenciarla de otras afecciones como la disartria, la disfagia, la mala pronunciación y la disfonía.

Las personas que sufren de Labilidad Emocional frecuentemente experimentan un grado de aislamiento social, debido a que su risa desinhibida, o llanto, es difícil de manejar para otros. Los tratamientos ya existen y su éxito a menudo depende del grado en que una persona sea capaz de superar su aislamiento y la sensación de vergüenza.

Arthur Fleck sufre de episodios de risa que son completamente inapropiados para algunas de las situaciones en las que se encuentra. Cada episodio sigue un patrón típico, llegando a un pico y disminuyendo lentamente. La risa parece ser una expresión de la confusión interna de Arthur Fleck, y se desencadena cuando se siente estresado, o cuando intenta expresar algo complicado.

En la película se nota que la condición puede ser causada por un daño cerebral, y en el tercer acto se revela la fuente de la lesión cerebral de Arthur (que evidentemente no spoilearemos aquí), la que vendría a ser la causa probable de su risa incontrolable.

Algunos de los síntomas de Arthur son exactos a cómo se define la Labilidad Emocional en el mundo real, pero otros aspectos son un poco demasiado convenientes. En realidad, no hay relación entre la Labilidad Emocional y el estrés, con risas y lágrimas que no tienen relación alguna con el estado de ánimo real de las personas.

Además, las lágrimas son más comunes que la risa, razón por la cual la Labilidad es frecuentemente diagnosticada erróneamente como depresión. Del mismo modo, hay que notar que los arrebatos incontrolados parecen afectar las emociones de Arthur de alguna manera, ya que lo vemos sentirse ligeramente aliviado cuando estos episodios de risa concluyen; esto no es cierto en el caso de la condición médica real, donde no hay una sensación de alivio emocional después.

Parte del problema es que, mientras que Phillips ha intentado enganchar la película con enfermedades mentales reales, se ha mostrado reacio a definirlas con demasiado cuidado. Su versión del Joker adolece de múltiples condiciones diferentes, no sólo de la Labilidad. Phillips ha utilizado muchas de ellas como facilitadoras de la trama en lugar de reproducirlas fielmente en la pantalla grande. Lo cual, hacia el final, no está mal, puesto que no estamos viendo un biopic aterrizado.

“Nunca hablamos de lo que tiene”, dijo Phillips a Los Angeles Times, “No quería que[Joaquín Phoenix] como actor empezara a investigar ese tipo de cosas”. Además de la Labilidad, Arthur Fleck ciertamente sufre episodios de depresión. Su diario expresa la esperanza de que su muerte tenga más sentido que su vida, y en un momento dado contempla el suicidio.

Mientras tanto, Fleck claramente sufre de alucinaciones que se centran en el cumplimiento de sus deseos, incluyendo el sueño de asistir a un show con el presentador de televisión Murray, lanzar una exitosa carrera de stand-up comedy e incluso imaginarse dentro de una relación completa y satisfactoria.

El final de Guasón insinúa que toda la historia puede haber sido una grandiosa ilusión, explicando cómo la historia de Arthur consumió poco a poco a Ciudad Gótica y terminó con él siendo aclamado por multitudes. Es más, en otra escena Arthur se entera de que su madre había sido diagnosticada con “psicosis delirante y trastorno narcisista de la personalidad”. Algo que podría encajar muy bien con su propio trastorno.

Aunque Joker es técnicamente una película sobre enfermedades mentales, es esencial recordar que usualmente son usados como convenientes facilitadores de la trama, cuyo fin es ayudar a los espectadores a interpretar el descenso de Arthur Fleck a la locura. Como resultado, las diversas condiciones parecen mezclarse y difuminarse mucho de la realidad.

La película simplifica demasiado la Labilidad Emocional para propósitos dramáticos; el protagonista sólo se ríe incontrolablemente, sin llorar, cuando esto último es en realidad un arrebato más común para cualquier persona diagnosticada con el mal, como explicábamos líneas arriba. Los arrebatos parecen tener alguna relación suelta (aunque contradictoria) con el estado de ánimo, y de hecho dan alivio emocional a algún nivel, simplemente porque eso hace que sea más fácil para los espectadores relacionarse con Arthur Fleck.

En última instancia, por muy buena que sea Guasón, la película continúa el hábito de Hollywood de simplificar excesivamente las enfermedades mentales, una vez más utilizando una condición como historia de origen para un supervillano. La película hace algunos puntos importantes, por ejemplo, una crítica contundente sobre la interrupción de los servicios de salud y el consiguiente riesgo para los más vulnerables, pero en gran medida se pierden en la violencia y el derramamiento de sangre.

Guasón sigue en cartelera y, con todo, sigue siendo una muy buena película que nos narra cómo un hombre desquiciado va descendiendo cada vez más en su propio caos.

Etiquetas de artículos:
· ·
Categorías de artículos:
Artículos · Cine y tv · Noticias
Johann Aldazábal

Director Editorial | Analista de la industria de los videojuegos y el entretenimiento | Psicólogo Clínico | Músico amateur, geek, cinéfilo.