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God Eater 3 es la tercera entrega numerada de una serie que ha tenido mucho mayor éxito en Japón que en nuestro lado del mundo. Creada por Bandai Namco, el primer ingreso vio la luz hace ya casi 10 años como uno de los emblemas del PlayStation Portable (PSP) y rápidamente se hizo un lugar compitiendo con juegos como Monster Hunter al también ser un RPG de acción donde enfrentas a una variedad de monstruos.

Sin embargo, la fama de God Eater en América es reciente. Aun si el original llegó a PSPs americanos en el 2011, no sería sino hasta el 2016 que el resto daría el salto al PlayStation Vita y PlayStation 4 gracias a sus remakes. God Eater 3 no solo marca la primera vez que la saga se lanza casi en simultáneo en todo el mundo, sino también la primera vez que un título es creado directamente para plataformas más poderosas como la PC y el PlayStation 4.

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Gracias a esto, God Eater 3 logra demostrar que es lo que lo hace único, creando una divertida experiencia para sus fans en un mercado mucho mayor. Pero en un año donde Monster Hunter World se reinventó para volverse el más vendido de su compañía, la saga de Bandai Namco termina por mostrar varias arrugas en su clásica propuesta.

La premisa de God Eater 3 será familiar para todos los que han jugado los primeros títulos: En un mundo post apocalíptico, la humanidad está casi extinta por el ataque de los monstruosos “Aragami”. Solo un tipo de arma es capaz de dañarlos: Los God Arc, pesadas armas que solo pueden ser usadas por soldados especiales llamados God Eater.

Una nueva amenaza conocida como Ash Storm (Tormenta de Ceniza) surge para destruir todo a su paso y por si fuera poco un nuevo tipo de enemigo surge con ella: Los Ash Aragami. Una de las primeras víctimas en caer es el cuartel de Fenrir, la base de los héroes de God Eater 1 y 2.

Casi de inmediato, científicos humanos crean un nuevo tipo de guerrero. Con el nombre Adaptive God Eaters (AGE) estos nuevos soldados pueden sobrevivir a la tormenta, pero irónicamente son rechazados por la humanidad al verlos como monstruos. No es de sorprenderte entonces que tu protagonista sea uno de ellos.

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La trama inicial de God Eater 3 hace que quien tenga un conocimiento básico de la serie pueda seguirla, aun sin conocer todo lo ocurrido en entregas pasadas; pero es sobre esa simple base que su historia se luce como uno de sus mayores fuertes. A penas das forma a tu personaje, con un algo limitado sistema de creación, se te coloca junto a varios aliados como Hugo, Zeke, Claire y Lulu, God Eaters al igual que tú y la misteriosa Phym, figura casi central.

Estos personajes no viven solo en tu base y en las cinemáticas, sino que luchan a tu lado durante toda la campaña y cuentan con suficiente personalidad para encariñarte con ellos. La narrativa está muy influenciada por animes de acción (shonen) con momentos exagerados y hasta sobre-dramatizados, pero si eres fan de series japonesas te sentirás a gusto. Solo no esperes encontrar un guión magistral.

Cabe mencionar que, si así lo deseas, puedes pasar la campaña con otros jugadores en línea en lugar de luchar con la computadora. Incluso puedes pedir apoyo a amigos con un nivel mucho mayor, pero también puedes terminar “spoileándote” la historia al unirte a la sesión de alguien más avanzado.

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A pesar de tener una gran cantidad de misiones de relleno, la historia tiene suficientes giros y buenas interacciones entre sus protagonistas para mantenerte jugando. Esto ayuda muchísimo a contrarrestar la monotonía de los niveles, ya que las arenas y los enemigos son similares y repetitivos.

Prácticamente todas las batallas de God Eater 3 consisten en encontrar a un Aragami, enfrentarlo y derrotarlo. Esto no tendría nada de malo si los mundos fueran variados o la interacción con los diferentes monstruos trajera consigo mecánicas novedosas, pero no es el caso.

Lamentablemente casi todos los escenarios son formados por cuartos amplios, planos y vacíos conectados por delgados caminos en el mapa. Esto es casi idéntico a lo visto en God Eater 1 y 2, pero si lo comparamos con los excelentes ambientes llenos de vida de Monster Hunter World, el ecosistema de God Eater 3 se siente artificial y pobre.

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Por más imponentes o extraños que sean los Aragami, y a pesar de contar con patrones de ataque muy distintos entre sí, es difícil sentir que tengan personalidad más allá de ser “El jefe de turno”. Fuera de uno o dos, no puedo recordar ni como se llamaban. Incluso los poderosos Ash Aragami, destacados por su inmenso poder, escapan mi memoria por falta de trasfondo, presentación o carisma.

Además, puede que necesites varios items de apoyo en niveles avanzados, como en las “Expediciones”, nuevas misiones donde enfrentas varios monstruos uno tras otro; pero casi no necesitas de estrategias para vencer. Por suerte, así como la historia ayuda a cargar con la monotonía, hay otro factor que trae consigo el factor diversión a una misión: El sistema de lucha.

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God Eater se caracteriza por un combate veloz muy similar a un “hack n slash” y por su gran variedad de armas. Empezando por el arsenal, tienes a tu alcance espadas cortas, pesadas, lanzas, mazos e incluso dos nuevas adiciones: El Biting Edge, un par de espadas gemelas, y la Heavy Moon, una pesada cuchilla curva en forma de media luna.

Todos los God Arc cuentan con la capacidad de transformarse en un escudo y en un arma de fuego y puedes elegir entre rifles, ametralladoras, escopetas y el nuevo laser que crea un rayo de daño constante. La lista a elegir es muy amplia.

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En mis primeras impresiones mencioné que todas las armas se sentían muy similares. Ahora me da gusto decir que me equivoqué. Si bien los ataques básicos (cortos combos de golpes débiles o fuertes) son muy parecidos y con cambios solo en velocidad y alcance, son los ataques especiales los que marcan la diferencia.

Todas las armas cuentan con 3 habilidades localizadas al momento de saltar, atacar en el suelo o golpear luego de deslizarte con el botón de evasión. Además algunas de ellas tienen una forma especial que activas al presionar R1 y ataque débil. Por ejemplo, la nueva Biting Edge combina sus cortas espadas para crear una lanza de dos puntas al estilo Darth Maul y la Heavy Moon se convierte en un hacha con filo aserrado.

Dominar las habilidades de tu arma favorita puede tomarte muchas misiones y varias deben ser desbloqueadas ganando experiencia por lo que al inicio estarás muy limitado. Pero cuando logras aprender cada combo con efectividad, terminas por sentirte como una máquina de pelea moviéndose a la velocidad del sonido. Sin embargo, para lograr esto, debes dominar una técnica muy importante: Burst.

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El burst es algo que viene desde God Eater 1 y es lo que le da el nombre a la serie. Las God Arc son armas creadas con células de Aragami y son las únicas que pueden dañarlos; pero además pueden convertirse en enormes mandíbulas para devorarlos a mordiscos.

Al “morder” un Aragami tu personaje entra en estado Burst, lo que te permite hacer más daño, dar saltos dobles y usar las poderosas Burst Arts que complementan las habilidades arriba mencionadas. Por ejemplo: La Heavy Moon, puede alargar su combo aéreo de 2 a 4 golpes, cambiar su ataque evasivo por una sierra que golpea varias veces o incrementar drásticamente la fuerza de su modo hacha, por nombrar unas variantes. Es necesario mantenerte devorando a tu rival cada cierto tiempo para evitar que la barra de “Burst” se agote, creando un entretenido juego de tira y afloja para mantener tu poder.

La palabra “Personalización” se queda corta para cubrir la enorme lista de opciones que God Eater 3 te da para luchar. Por ejemplo: Mientras más uses tus Burst Arts no solo las mejoras, sino que desbloqueas más y más de ellas. Es más, luego de unas 15 o 20 misiones en la campaña, la opción de agregarles efectos se desbloquea.

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Estos efectos no son solo estéticos, sino que te permiten acompañar tus poderes con ataques extra ¿Quieres que tu combo aéreo termine con una explosión volcánica o que el ataque evasivo lance rayos láser? Aquí puedes hacerlo.

Afortunadamente no tienes que salir a luchar para ensayar cada combinación ya que en la pantalla de equipo puedes ingresar a un cuarto de entrenamiento para probar cada golpe y efecto. Es en esta pantalla donde también puedes elegir que tipo de balas usará tu God Arc e incluso puedes crear tus propios proyectiles.

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Puede sonar tonto para quien no conoce la serie, pero esta opción es una de las más atrapantes. Puedes pasar horas combinando balas y el orden en que aparecen ¿Quieres que tu rifle lance bombas explosivas y que al impactar a un enemigo lance rayos eléctricos en curva? Puedes hacer esto y mucho más.

Y esto aun no acaba, ya que existen dos opciones más a elegir: El “Acceleration Trigger”, un poder pasivo activado al cumplir ciertos requisitos y “Engage” otro poder pasivo activado al luchar cerca de un aliado por suficiente tiempo dándole a ambos una mejora de combate compartida.

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Lamentablemente, a pesar de lo divertido que es experimentar con el sin número de opciones de God Eater 3, hay un aspecto que no logra convencerme: Los controles. Tengo experiencia jugando God Eater 1 y 2 y sé que la configuración es familiar; pero hay que admitir que el salto a consolas y PC era la oportunidad perfecta para actualizarla.

Uno de los mayores problemas, en mi opinión, es el exagerado uso de R1. El botón sirve para correr (al mantenerlo) transformar tu God Arc (al solo presionarlo) activar tus ataques especiales (al apretarlo a la vez con golpe débil) y usar tu escudo (al presionarlo junto a evasión) así que prepárate a confundir uno con otro más de una vez. Además, sigues disparando tus balas con los botones frontales en lugar de aprovechar L2 y R2.

God Eater 3 trata de aliviar las cosas usando atajos a movimientos complicados en la cruz direccional, pero no es una solución óptima. Sé que no es un problema catastrófico, pero este detalle puede ser un factor en contra para jugadores nuevos.

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A través de las varias misiones, obligatorias y opcionales, no solo ganarás puntos de experiencia sino también materiales para crear nuevas armas, mejoras, ítems consumibles y trajes para cambiar tu apariencia. Sin embargo, algunos materiales son complicados de conseguir, en especial cuando estás buscando mejoras de alto nivel.

Es aquí donde entran las misiones más avanzadas y una de las grandes novedades: Los Assaults (Asaltos) Si bien todo el juego puede pasarse en modo multijugador en línea, los Asaltos se juegan obligatoriamente con aliados a través de la red. Esta opción marca la primera vez que la saga God Eater permite a 8 jugadores enfrentar juntos a un solo Adaptive Ash Aragami y buscar las mejores recompensas.

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Este tipo de monstruo es el más poderoso y es capaz de usar la técnica “Burst” al golpear a los God Eater con un ataque especial. Si logra hacerlo no solo se hará más fuerte sino que ganará nuevos ataques y habilidades. Por otro lado, si logras vencer, podrás aprender automáticamente el poder “Engage” de quienes te ayudaron.

En general, es divertido jugar God Eater 3 con otros jugadores. Luchar contra el tiempo y estar pendiente no solo de tu barra de burst sino la de tus aliados para mejorar el daño es entretenido; pero nuevamente, no es algo que requiera de mucha estrategia o coordinación. Es un buen rato de acción desenfrenada con amigos, pero puedes disfrutar tranquilamente de todo el título jugándolo solo o con jugadores al azar.

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Pasando al aspecto técnico, God Eater 3 no va a sorprender a nadie con sus gráficas. Si bien se nota una clara mejora frente a God Eater 2, es injusto compararlo con un juego portátil cuando debería hacerlo con entregas modernas del estilo anime.

Por ejemplo, Valkyria Chronicles 4 o la serie Naruto Ninja Storm destacan en su apartado artístico no por tener millones de polígonos y complejas texturas, sino por una gran dirección de arte que usa la tecnología para lucir un estilo cercano a una pintura o a una animación 2D. God Eater 3 solo trae una versión mejorada de su motor 3D con efectos y texturas exageradas que delata lo simple de sus modelos. Esto no quiere decir que sea feo, simplemente se nota muy anticuado, simple y plano para su bien.

Afortunadamente el apartado musical supera al visual, con buenas canciones destacando el intro animado “Streo Future” y la canción “Némesis” que acompaña a los jefes más poderosos. Obviamente estas tonadas tienen una gran influencia de rock y pop japonés que va acorde al estilo de todo lo demás.

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Para cerrar este review, creo que puedo describir a God Eater 3 como un juego complejo en sus mecánicas, pero simple en su contenido. El primer punto no quiere decir que sea malo o aburrido, por lo contrario esa complejidad es uno de sus puntos más fuertes y el que más jugadores podrá atrapar. Si gustas de rpgs de acción con muchas opciones para personalizar tu experiencia, pasarás un rato muy divertido.

Sin embargo, es el segundo punto el que juega en su contra. En un mundo donde Monster Hunter World ha puesto la pausa para el género de “Cacería” (Hunting) reinventándose para una mayor audiencia, God Eater 3 se contenta con presentar más de lo mismo con muy pocos agregados y se siente anticuado y limitado por ello.

Si eres fan de God Eater 1 y 2 y quieres volver a ese mundo, encontrarás aquí una divertida experiencia. Pero a pesar del cariño que le tengo a la saga, me cuesta recomendar God Eater 3 por encima de su principal competencia a nuevos fanáticos.

Su historia es superior, sus personajes son más carismáticos y su sistema de combate es una experiencia muy distinta; pero el mundo que rodea a estos buenos aspectos sigue atrapado en la época del PSP, sintiéndose plano y monótono en un poderoso PS4 o PC. Ojala God Eater 4 no tenga miedo de dar ese gran salto que la serie tanto se merece.

Esta reseña fue escrita luego de jugar una copia digital de God Eater 3 para PlayStation 4 brindada por Bandai Namco.